“Platón dice que el ser humano posee el sentido del orden que regula nuestros movimientos, los cuales se ajustan al número y la armonía.
Este sentido es un regalo de los Dioses, que a través de él nos hacen mover con un placer delicado, como si fuésemos laúdes bien afinados, cuyas cuerdas son pulsadas por manos sabias, y la disposición de nuestros cuerpos es tal que poseen nervios, fibras, músculos y tendones que sirven a la armonía de nuestros movimientos”.
Claude-François Ménestrier,
Des Ballets anciens et modernes, París, Rene Guinard, 1682.